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Editorial Revista Insurrección Nº 842

Comando Central (COCE)

Los procesos de Solución Política deben ir más allá del silenciamiento de los fusiles o ‘Paz Negativa’, para transformar las causas que originan el conflicto -‘Paz Positiva’-, garantizando los derechos plenos de las víctimas centrándose en la verdad total, la justicia, la reparación y la no repetición.

Diferentes organizaciones sociales y de Derechos Humanos (DDHH) consideran que la justicia transicional y en especial la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), son un mecanismo apropiado para conocer la verdad sobre el conflicto y reparar a las víctimas, sin embargo el funcionamiento y las modificaciones que le han hecho a esta Jurisdicción deja en evidencia que es dura solo con la parte insurgente, mientras los agentes estatales utilizan este mecanismo como lavadora de penas y evasión de la justicia.

En el Macrocaso 03 sobre ‘Falsos Positivos’ que adelanta la JEP un grupo de militares admitieron su participación directa en estos asesinatos, pero no ahondaron en quiénes daban las ordenes: “maquinamos un teatro para mostrar un supuesto combate, por la presión que había de los altos mandos, yo ejecuté a familiares de los que están acá, asesinándolos cruelmente y poniéndoles un arma para decir que eran guerrilleros (…)”.

Aunque los testimonios son valiosos en cuanto determinación de algunos detalles, varios juristas, Defensores de DDHH y las mismas víctimas sostienen que, los comparecientes no están aportando al conocimiento individual de los hechos de las víctimas, tampoco están aportando para entender quiénes originaron la política institucional y cómo transmitieron las órdenes desde el puesto más alto de la jerarquía hasta el punto más bajo.

Es más que obvio que la responsabilidad en estos Crímenes de Lesa Humanidad reposa sobre la Doctrina Militar, el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas -Presidente-, el Ministro de Defensa y los Comandantes de las Fuerzas Militares; sin embargo, estos siguen cubiertos por un manto de impunidad, y la Doctrina sigue vigente y en completa aplicación, muestra de ello es el reciente Falso Positivo de Alto Remanso, Putumayo.

Desde la perspectiva más integral de las víctimas y de una sociedad que exige el fin del Conflicto Armado removiendo sus causas, tal como se está aplicando la JEP, ésta dejó de ser un mecanismo para esclarecer la verdad plena, convirtiéndose en una lavadora de penas y culpas, que bajo el sofisma de la verdad deja en libertad a los victimarios y revictimiza al pueblo.

Revista completa: https://eln-voces.net/insurreccion-842/


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